jueves, 6 de septiembre de 2007

ORIGEN DE LA MEDICINA INTERNA

Durante muchos siglos sólo se concebía la práctica de la medicina general. No se reconocían las que hoy llamamos especialidades médicas. Estas fueron surgiendo a finales del siglo XIX, tanto en Europa como en Norteamérica, basadas en diferentes razones, por órganos, aparatos y sistemas; edades; sexos, enfermedades o tecnologías.

Con el desarrollo de la medicina hospitalaria, comenzó a perfeccionarse en los fines del siglo XIX, una nueva orientación en la medicina general, más ligada a las ciencias básicas biomédicas y a la experimentación, la cual recibió el nombre de Medicina Interna. Dentro de este campo quedaron excluidas otras especialidades, como las quirúrgicas, obstétricas y pediátricas.

La denominación de Medicina Interna tuvo su origen en Alemania, en 1880. En ese año, Strumpell escribió el primer tratado de Enfermedades Internas y en 1882, en Weisbaden, se celebró el I Congreso de Medicina Interna.

Se quería indicar un campo de la práctica médica en el cual los conceptos se basaban en la fisiología, bacteriología y patología, así como la exclusión de los métodos quirúrgicos en el tratamiento empleado.

Este calificativo, el de interna, fue asignado a la medicina que trataba enfermedades internas; sin embargo, hay historiadores que consideran que el término fue utilizado para la medicina que curaba con sustancias que actuaban internamente y permitía diferenciarla de la ejercida por los cirujanos, que se ocupaban de los tratamiento externos. Con el tiempo, el término fue adquiriendo más connotación. La Medicina Interna trata integralmente pacientes adultos, necesitando para ello, un gran caudal de conocimientos de ciencias básicas y clínicas, como también aspectos de medicina social y de ética. La Medicina Interna fue la especialidad que acogió la tradición clínica más clásica; la que desarrolló al máximo, afinando la historia clínica detallada, el método clínico, las visitas o rondas médicas académicas, y fomentando las discusiones diagnósticas y las discusiones anátomo-clínicas; todas estas actividades en los hospitales universitarios

La Medicina Interna tiene una extraordinaria responsabilidad de futuro con sus acciones fundamentales en la formación de nuevas generaciones de médicos. Esta especialidad, capaz de cubrir un amplio espectro asistencial, desde la atención primaria hasta la terciaria, se enseña en el pregrado, con asignaturas llamadas Semiología y Medicina Interna I, y Medicina Interna II. También existe una rotación básica en el internado y hay estudios de postgrado en esta especialidad. La revolución científico-técnica de los últimos años ha revolucionado la técnica, no la clínica. Si alguna especialidad médica tiene que mantener la defensa a ultranza del método clínico en la evaluación de la persona sana o enferma, esa es, la Medicina Interna. La medicina interna está llamada a desarrollar teórica y prácticamente la clínica y a hacer que esta se mantenga viva por siempre, como su más extraordinaria contribución a la medicina del futuro.

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